La historia nos lleva a la época hispánica donde se comercializaban mercancías extranjeras para intercambiarlas con productos locales; ese intercambio para los lugareños representaba sueños hechos realidad, y así se fue convirtiendo en símbolo de suerte y felicidad que subsiste hasta nuestros días.
¿LA FERIA DE LAS ALASITAS ES UNA TRADICIÓN?.
Ciertamente la ciudad de Puno, no solo destaca por su variado y rico folclore, sino también por sus múltiples tradiciones y una de ellas es la Feria de Arte Popular en miniatura de las Alasitas y su extravagante personaje el “ekeko”. La historia de esta feria refiere que en sus inicios, no se usaba dinero sino piedrecillas planas y redondas, también botones como si se tratase de monedas, además se recurría al trueque o intercambio. Y para redondear la idea es preciso aclarar que el término “alasita” proviene del vocablo aimara que significa “cómprame”.
El “Ekeko” es el personaje principal de las alasitas que representa al amor, la juventud, la riqueza, las ilusiones y las esperanzas. El “Ekeko” se puede describir también como amuleto andino-aimara representado por un pequeño muñeco hecho de yeso, hombrecillo obeso de vientre abultado, sonriente, con bigote, los brazos abiertos, cargando toda clase de objetos y productos, costales de arroz y azúcar, dinero, carros, casas, aviones, herramientas, computadoras, televisores, objetos que representan un anhelo. Se dice que la posesión del Ekeko es de buen augurio, es bueno cuando a uno se lo regalan, pero mejor aun cuando es hurtado, tiene el poder de la abundancia y la buena suerte, jamás comprado porque los sueños no se compran.
¿CÓMO SE LLEVA ACABO ESTA FERIA?
Se inicia entre el 1 y 2 de mayo con la preparación y las vísperas religiosas, quema de fuegos artificiales a cargo de los alferados. En las albas y al amanecer del día 3 de mayo, se revienta bombardas y camaretazos en el cerro Machallata del Barrio Bellavista y en el cerro Azoguine, mientras en el Santuario de la Virgen de la Candelaria se celebra la misa de fiesta, luego la población asistente se traslada en procesión a la Capilla de la Cruz de Bellavista. Después de la misa, los artesanos y comerciantes inician la venta de artículos en miniatura de todo tipo, y que con fe y devoción la gente compra, con el propósito de que su deseo material se haga realidad para el próximo año. Se dice que es mejor y se harán realidad si la compra se hace al mediodía, luego se “challa” y se “saumea” y se recibe la bendición en la Capilla de la Cruz.
REFERENCIAS.
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